M y B són un matrimonio británico enamorados de los paisajes de la Matarraña, comarca con espacios protegidos de gran valor ecológico.  

 

El encargo tiene dos premisas, por un lado poder observar el paisaje que rodea el sitio y por otro tener una vivienda autosuficiente, que pueda estar desconectada de cualquier tipo de servicio. 

 

El proyecto se ubica en un campo de almendros y olivos que se adapta al terreno mediante muros de piedra en seco con vistas al Parque Nacional dels Ports. 

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La orientación de la vivienda era decisiva, no sólo para contemplar el paisaje i adaptarse al sitio, si no para conseguir el mayor aprovechamiento solar posible. 

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Decididos los puntos del paisaje que se querían enmarcar, se plantea una vivienda en dos niveles que se adaptan a la topografía de la parcela y se apoyan en los muros de piedra en seco. 

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Se distribuyen los usos en tres volúmenes. El primero, se sitúa en el nivel superior donde se genera el acceso en el punto de conexión entre el volumen del garaje y los de la vivienda, teniendo que bajar un nivel para poder descubrir el espacio para vivir. 

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Los otros dos distribuyen la zona de día y de noche. La zona de día es un único espacio abierto e cocina, comedor y estar lleno de luz y grandes ventanales para contemplar la naturaleza que les rodea. 

 

Por último, la zona de noche, con un dormitorio principal que también mira al paisaje y dos habitaciones de invitados con salidas independientes al exterior. 

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La vivienda no tiene ninguna conexión de servicio público, se autogestiona con placas solares, agua de pozo y lluvia almacenados en depósitos enterrados y una planta de tratamiento de aguas residuales. 

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Proyecto en colaboración con Paul Draaijer arquitecto.